"Durante todo el tiempo de la gestación, la madre debe crear conscientemente alrededor de su hijo, una atmósfera de pureza y de luz para trabajar así en colaboración con el alma que va a encarnarse. Aunque no la pueda ver, puede dirigirse a ella: "Te ayudaré, te daré los mejores materiales, pero procura tú también, aportar a mi hijo, cualidades y virtudes que le permitan ser un ser magnífico."
A partir del momento en que la madre pronuncie con todo su amor estas palabras poderosas, mágicas, unas determinadas partículas emanaran de ella, y el espíritu del hijo que debe encarnarse las tomará como materiales para construir sus diferentes cuerpos. El hijo en si mismo no posee nada, recibe todos los materiales de su madre. Es por ello que ésta debe ser consciente y sólo darle, con sus pensamientos y sus sentimientos, las partículas más luminosas, las más puras."
En continuant à naviguer sur ce site, vous acceptez l'utilisation des cookies afin d'améliorer votre expérience utilisateur et de réaliser des statistiques d'audiences. Pour en savoir plus...